Los yanquis son así. Un día un director con hambre de prensa decidió montar una obra de teatro con niños actores. El detalle es que su genial idea fue hacer una adaptación de Scarface, una de las películas más violentas en la historia del cine (y una de las mejores, por cierto). Eso sí, el muchacho tuvo la delicadeza de reemplazar algunas cosas: la famosa montaña de cocaína del escritorio de Tony por algo más infantil, la palabra fuck (dicha unas 200 veces durante el film) por la palabra fudge (bocadito dulce) y, por supuesto, las armitas, ya que usar unas de verdad seguramente iban traerle mala prensa.
Para aquel que no vio la película y se quedó afuera de ésto lo invito a ver el siguiente resúmen (Nótese la poca diferencia entre la gesticulación de Al Pacino y la del jóven talentoso de arriba, al cual le auguro un gran futuro en Hollywood).
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