Keenan Cahill tuvo su momento de fama cybernética hace un año, cuando la gente empezó a circular sus videos sorprendida con las interpretaciones del muchachito. Aunque a decir verdad, el morbo colectivo de ver a un chico con desórdenes de crecimiento cantando ridículamente frente a la computadora es lo que lo llevó a esa popularidad. A pesar de eso, Keenan logró trascender el anonimato y ahora, gracias a su carisma, recibe visitas importantes en su propia casa. Un auténtico estandarte del bizarrismo cybernético.
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