Cómo olvidar a este gentilhombre que revolucionó los medios cybernéticos a principio de año. Ya era hora de que alguien se las rebuscara para crear el ¡Trololó Rock Band!
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La vuelta del Trololó
No sólo me refiero a la vuelta del pasado, sino también a la vuelta que Eduard Khil y su famoso video dieron por el mundo entero. Muchísimas repercusiones tuvo este genio desde que su hipnótica canción comenzó a expandirse en la web. Nosotros por aquel entonces, sumándonos al tren y tratando de tomárnoslo con un poco más de seriedad, hacíamos un post (éste) en forma de homenaje. Hoy nos seguimos poniendo contentos al enterarnos que Eduard está más vivo que nunca y entre todos le devolvimos un poco de la felicidad que nos regaló.
El genio del día: Eduard Anatolevich Khil
El hombre del momento, pero uno tan grande que no merece burla alguna. Edward Hill, Eduard Khil o Эдуард Хиль, de varias maneras pueden encontrarlo en miles de blogs y sitios web por estos días. El hecho es que este popular cantante soviético de la durísima década del '70 ha resurgido de las cenizas gracias a la Internet que lo viraliza todo.
En aquel momento, Europa del este se encontraba encerrada en sí misma y la alegría de todos los días dependía de sus grandes artistas y su cultura popular, así fue que Eduard se convirtió en el cantante más reconocido de la Unión Soviética, en donde Los Beatles, por ejemplo, estaban prohibidos. Valores tradicionales, líricas buenaonda y simpatía era lo que Eduard le regalaba a su pueblo, con canciones como Soy muy feliz porque vuelvo a casa, conocida actualmente como Trololó. Sus videoclips formaban parte de películas o eran transmitidos por la televisión abierta, material que hoy ha sido rescatado por algún visionario y rápidamente se convirtió en la sensación del momento.
Lo cierto es que desde que Trololó llegó a mis manos no puedo dejar de mirarlo dos o tres veces por día. Algo hipnótico hay en su mirar, su caminar, y esa melodía en forma de vocalist (técnica de canto muy popular en Europa del este) se me pegó hasta los riñones.
Más allá de la cara de estúpido que Eduard pueda tener y dejando de lado la maravillosamente idiota forma de caminar, nadie puede negar que Eduard Anatolevich Khil volvió del pasado para alegrar nuestros corazones.
Sin más preámbulos, los dejo con mi nuevo ídolo musical.
En aquel momento, Europa del este se encontraba encerrada en sí misma y la alegría de todos los días dependía de sus grandes artistas y su cultura popular, así fue que Eduard se convirtió en el cantante más reconocido de la Unión Soviética, en donde Los Beatles, por ejemplo, estaban prohibidos. Valores tradicionales, líricas buenaonda y simpatía era lo que Eduard le regalaba a su pueblo, con canciones como Soy muy feliz porque vuelvo a casa, conocida actualmente como Trololó. Sus videoclips formaban parte de películas o eran transmitidos por la televisión abierta, material que hoy ha sido rescatado por algún visionario y rápidamente se convirtió en la sensación del momento.
Lo cierto es que desde que Trololó llegó a mis manos no puedo dejar de mirarlo dos o tres veces por día. Algo hipnótico hay en su mirar, su caminar, y esa melodía en forma de vocalist (técnica de canto muy popular en Europa del este) se me pegó hasta los riñones.
Más allá de la cara de estúpido que Eduard pueda tener y dejando de lado la maravillosamente idiota forma de caminar, nadie puede negar que Eduard Anatolevich Khil volvió del pasado para alegrar nuestros corazones.
Sin más preámbulos, los dejo con mi nuevo ídolo musical.
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